MAMÁ EJECUTIVA Y EN SUS TREINTAS EN CUARENTENA


No hay manera de ser una madre perfecta,
pero hay un millón de maneras de ser una buena madre”
(Jill Churchill)



Ser madre es el proyecto más difícil que una ejecutiva puede afrontar. Las mujeres si bien tenemos el don de traer vida y desarrollamos el instinto maternal, como en cualquier gestión importante se requiere de un buen equipo. Julieta llegó a un hogar donde sus papás y abuelos la esperaban con ilusión. Como madre primeriza era consciente que en mi curriculum no había experiencia previa.

A mis treinta años mis días eran el reflejo de una persona organizada y práctica. Mis principales actividades estaban siempre mapeadas con precisión. En toda empresa hay dos tipos de colaboradores “los que identifican los problemas” y los que “solucionan los problemas”. En este último grupo es donde he tratado de ubicarme. Con la llegada de Julieta el orden es otro y no siempre resulta como fue planeado. En esta etapa me he convertido en una persona mucho más flexible y multitasking.

Hubo que adaptarse esos primeros meses a las nuevas labores como estar 100% en la casa y dedicarme a Julieta.  Para los que disfrutamos de nuestro trabajo, porque nos permite asumir nuevos retos y responsabilidades, fue difícil al comienzo. Ponerlos en pausa también me causaba cierta tristeza. Afortunadamente en mi equipo encontré la comprensión, espacio, tiempo y el apoyo que toda mamá requiere.

Cuando ya estaba familiarizada con esta nueva etapa de mi vida llega una pandemia mundial. Cambios y más cambios. ¿Quién dijo que sería fácil?

Esta vez tampoco hubo secretos. Había que adaptarse nuevamente. Como cualquier compañía había que reinventarse. La capacidad de cambio necesaria que todo emprendedor sabe relucir en un contexto cambiante. Un punto a favor es que me levanto temprano. Así pude organizar mis tiempos tanto de labores domésticas, de oficina, lectura, ejercicios, breaks Y LO MEJOR, disfrutar ser mamá full time…

Quiero saludar a todas las mamás, a todas las que tenemos este privilegio de la vida, en especial a las que estamos en cuarentena tratando de lidiar con muchos problemas y complicaciones y más aún aquellas madres que asumen este papel solas. La decisión de ser madre es muy personal sin presiones sociales o de la edad que nos obligue.

También hago extensivo el saludo a las que han tomado la decisión de no ser mamás biológicas pero sí son personas que demuestran amor, empatía y solidaridad, así como también a las que crían niños. A las primerizas y a las futuras mamás también van dirigidos mis respetos y bendiciones.

Como dice el maestro Armando Manzanero: “Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones. Contigo aprendí a conocer un mundo lleno de ilusiones. Aprendí que la semana tiene más de siete días, a hacer mayores mis contadas alegrías y a ser dichoso yo contigo lo aprendí (…) Descubrí, que puede un beso ser más dulce y más profundo. Que puedo irme mañana mismo de este mundo. Las cosas bellas ya contigo las viví. Y contigo aprendí que yo nací el día en que te conocí”.

Julieta Paz gracias por tanto amor y aprendizaje compartido. Sobretodo por esa gran lección en tiempos de cuarentena: Ninguna aplicación de videoconferencia se compara con el “Te amo, Mami” en tiempo real.


Angélica Murrugarra D.

G.G.A de la empresa My Home O.I S.A.C

Author: clcom

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